Las fiestas patronales en honor a san Roque y san Mateo empiezan el primer fin de semana de septiembre, con la presentación de los quintos y la comisión, y la solemnidad de las celebraciones religiosas. La tranquilidad que normalmente rodea el pueblo da paso a lo largo de diez días a la alegría de los toros a la calle, el ruido de la pólvora, el alboroto de las cenatas populares y las actuaciones musicales, etc.